
La industria de la construcción es un sector estratégico para cualquier economía, toda vez que tiene influencia en más de 60 ramas productivas, como el caso del acero, madera, cementera, entre otros. Por ello, lo que ocurra en el sector de la construcción es de vital importancia.
La industria de la construcción en México representa un sector importante de la economía, contribuyendo con un porcentaje significativo al Producto Interno Bruto (PIB) nacional. En 2022, representó el 6.4% del PIB total, posicionándose como el sexto sector más importante de los 20 que conforman la economía mexicana, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En esa tónica, la industria de la construcción en Querétaro, de igual manera, es altamente relevante, ya sea por la edificación de desarrollos inmobiliarios, comerciales, corporativos, escolares, gubernamentales, médicos, carreteros, entre otros.
De acuerdo con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), dicho sector en Querétaro aporta alrededor del tres por ciento del PIB) estatal. En 2022, esta industria generó 33 mil 650.7 millones de pesos en valor, a precios de 2018, y contó con 666 unidades económicas en el estado.
Sin embargo, lo cierto es que, en línea con el débil desempeño que reporta la economía nacional, la industria de la construcción en Querétaro transita por una adversa situación: De acuerdo con el INEGI, el valor de la producción de las empresas constructoras en la entidad federativa cayó -8.2 por ciento a tasa anual durante abril pasado.
Con ello, el personal ocupado en dicho sector bajó -5.5 por ciento de abril de este año al mismo mes de 2024, mientras que las horas trabajadas disminuyeron -10.7 por ciento.
A nivel nacional, la industria de la construcción transita por una de las peores crisis de su historia, pues en abril de este 2025 el valor de su producción se derrumbó -14.4 por ciento con relación al mismo mes de 2024, con lo que ligó 12 caídas a tasa anual, de acuerdo con datos ajustados por estacionalidad del INEGI.
Con ello, la industria de la construcción experimenta la peor racha desde la crisis por la suspensión de actividades a causa del brote del COVID19.
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